Hablando de aspectos dictatoriales que parecen democráticos.
Por: Jorge Pantaleón Cuba Luján
El asunto de la democracia en el
siglo XXI está tomando algunas características que indican, que los procesos
que originariamente eran considerados como definitorios de su existencia, deben
ser redimensionados, entre ellos destacan los siguientes:
1.El sufragio:
Originalmente el sufragio ha sido considerado como la manifestación más básica
de la representación popular, de hecho lo es, pero su accionar en algunos
países durante los últimos años ha constituido una excusa para la legitimación
de algunas manifestaciones muy alejadas del comportamiento democrático en
esencia. Ha habido países donde existiendo los procesos electorales exigidos
por la comunidad internacional se han establecido una serie de vicios que
convierten la voluntad popular en un adefesio que se emplea como excusa para la
implantación de gobiernos de facto que se amparan en el sagrado sufragio, para
mantenerse en el poder. Todos los dictadores sin excepción se autoproclaman
demócratas y defensores de los derechos humanos. La historia no registra a
ningún genocida que se reconozca como dictador, por el contrario todos los
autócratas enarbolan banderas de democracia y generalmente manipulan la ley
para convertir la justicia en un fantasma que deambula entre la constitución y
las leyes republicanas, pero que en realidad se alimenta de los intereses del
dictador, Latinoamérica está llena de ejemplos: Pinochet, Alfredo Stroessner,
Hugo Banzer, Juan Velasco Alvarado, Humberto Branco, Manuel Antonio Noriega, Fidel
Castro, Aparicio Méndez, más recientemente Hugo Chávez y Nicolás Maduro en todos y cada uno de los casos han usado el
sufragio como elemento de legitimación democrática bien para asumir un gobierno
o para, por medio de plebiscitos generar plataformas “jurídicas” que
sustentaran sus gobiernos de facto. El caso más reciente es el de Venezuela
donde se han efectuado un increíble número de elecciones, que han sido
manipuladas, con la única finalidad de sostener un aparato democrático
aparente, pero que en la práctica se ha convertido en uno de los más espantosos
capítulos de las dictaduras latinoamericanas.
2. Las mayorías
parlamentarias: Una de las cosas que más daño le ha causado a la democracia
latinoamericana ha sido la manipulación que
a través de las llamadas mayorías parlamentarias se ha establecido en
nuestros países, existen casos patéticos como el del gobierno de Maduro quien
al no poder tener el control de una Asamblea Nacional que no lo representaba,
decidió mediante la manipulación de elecciones convocar una Asamblea Nacional
Constituyente para perpetuarse en el poder, aprovechándose de la mayoría
“parlamentaria” lograda mediante ese ardid. Casos como el de otros países,
donde la existencia de una mayoría parlamentaria no permite que se investiguen
casos de corrupción en el gobierno, porque afecta los intereses del partido
oficialista. No importa si es un vicepresidente ejecutivo con títulos falsos o
abuso de beneficios económicos; un diputado señalado mundialmente como jefe de
un cartel de narcotráfico o el asesinato de un fiscal general justo antes de
presentar el caso que acusa a una funcionaria de muy alto rango en el gobierno
nacional. Es necesario redimensionar lo de la representación en los
parlamentos, es preferible tener congresos donde existan tantas diferencias
ideológicas que sea necesario apelar a las ideas para establecer funciones de
contraloría y no a un grupo de parlamentarios, quienes como focas aplauden
según el pescado que muestre el partido al cual pertenece la mayoría
parlamentaria. Yo considero necesario que las minorías tengan un número de
representantes, que tengan posibilidad de hacer valer los derechos de las
minorías, sin que las mayorías se vean afectadas, pero sobre todo es tiempo de
abandonar esa especie de tubos ideológicos donde las mayorías encierran a sus
componentes sin que tengan derecho a pensar distinto. Las mayorías
parlamentarias matan el fin único de la democracia, la opinión independiente y
el imperio de la ley, la justicia y la verdad, porque terminan hasta condenando
el más básico de los elementos de la sensibilidad humana por apegarse a los
designios que impone la nefasta mayoría parlamentaria, la cual no es otra cosa
que la ejecución de una dictadura política impuesta a través del sufragio para
mantener en el poder a un grupo de personas que aparentemente sustentan su
accionar en ideologías que incluso terminan traicionando ellos mismos. ¡He
dicho!
Excelente interpretación, estoy totalmente de acuerdo
ResponderEliminarExtraño fuera que teniendo mayoria parlamentaria la fracción "x", cediera la potestad de decidir en algún momento a las minorías, antes muerto que sencillos!
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