La quinta pata del gato en Venezuela.
Por: Jorge Pantaleón Cuba Luján
Si algo estoy
acostumbrado es a decir las cosas que a nadie le gusta, cuando Hugo Chávez
llegó al poder era de los pocos que aguantó el chaparrón por pensar distinto.
Cuando cambiaron la constitución venezolana me decían que estaba loco porque
hablé de un golpe de estado constitucional que terminaría devolviéndose contra
el pueblo. Cuando Trump asumió la presidencia casi me linchan por decir que el
hombre había sido elegido para respetar y hacer respetar la ley y quienes eran
ilegales en el territorio americano son en esencia delincuentes migratorios.
Creo que pasados los años la mayoría de una forma u otra terminó diciéndome:
Esta bien, tenías razón. Sobre todo, los más chavistas quienes fueron los primeros
en salir huyendo porque su dosis de socialismo terminó ahogándolos. Así que con
lo que diré hoy me ganaré por un tiempo otro montón de descontentos, pero como
siempre he sido renegado, rebelde, irreverente y me encanta encontrarle la
quinta pata al gato, allí va:
1.
Me lastima ver a mis compatriotas creyendo que
la caída del régimen de Maduro resolverá los problemas de Venezuela, a mi
sinceramente es lo que menos me importa, porque es ese el principio no del fin,
sino del calvario que vendrá después y que puede desencadenarnos problemas de
mayor tamaño. Además el régimen ya está en los últimos momentos de su vida. Hoy
vi en este país a más de un venezolano comprando maletas para el día después, porque
dicen que en unos meses comenzaría a reiniciarse la reconstrucción de Venezuela
y el crecimiento económico será galopante. Yo digo AMEN, porque sé que la misericordia
de Jesús es infinita y espero que se haga su voluntad y no lo que mi mente
cochambrosa, elucubradora y perturbada cree.
2.
Venezuela es el laboratorio socialista más
impactante, brutal y explícito del mundo. Convertir un país repleto de riquezas
en ruinas demostró lo que es capaz de hacer la perniciosa izquierda, pero no es
el peor de los resultados. El asunto más grave que observamos en la historia contemporánea
de Venezuela está en la exterminación deliberada, directa y extrema de todo ser
pensante. Quien piense distinto en Venezuela, es perseguido (NADIE MEJOR QUE YO
PARA DAR FE DE ELLO), es apresado o simplemente se le lleva directa o
indirectamente a un destierro físico, mental y afectivo, que ha convertido a la
diáspora venezolana en una edición sin precedentes en la historia de la humanidad.
Nuestros cerebros han sido aprovechados por otros países, la gente que formó la
democracia venezolana enseñándole la autoexigencia, el valor del trabajo y la
eficiencia como política de Estado, vive hoy en el destierro y forman parte de
los motores que mueven muchos países en el mundo, porque la Venezuela en la cual
crecimos fue borrada de la faz de la tierra por obra y gracia de los resentidos
sociales de la izquierda latinoamericana.
3.
Venezuela el día después de la caída de Maduro
se sumirá en tres procesos uno más peligroso que el otro: el primero, aparentemente
pueril y justificable, el de la efervescencia de un festejo de libertad. Los
venezolanos todo lo celebramos o lo lloramos al borde del pico de una botella
de licor. El segundo; no menos peligroso, será el incio de la cacería de
brujas, en la cual el dolor de veinte años de abusos y desprecio se convertirá en
una despiadada venganza, que sólo podrá verse sanada con el transcurrir de los
años, pero no en lo inmediato y el tercero, además del peor de todos, será enfrentar
la realidad económica del mundo, entender que la gasolina no puede seguirse
subsidiando que hay que pagarla al precio real; el tener que trabajar para
ganarse el sustento, sin esperar bonos fantasmas, cajas del clap o dadivas por
aplaudir como focas, será un impacto que el venezolano de a pie que creció como
parasito del Estado Socialista no creo sea capaz de resistir. Si tienen alguna
duda vean lo que ha pasado en Argentina, donde el daño fue menor y la gente
sigue viendo en Kristina una salida porque es volver a la sinverguenzura, es no
asumir que en el trabajo y la sinceración de precios está el camino. Hace un tiempo
en una conferencia dije: “ los Latinoamericanos nos quitamos el taparrabos del
cuerpo, pero lo colocamos en nuestro cerebro y la mejor prueba está en que
seguimos adorando tótems, cada país tiene el suyo: Hugo Chávez, Kristina, Evo, Mujica, Bachelet, AMLO,
cada uno es un mesias para su pueblo, pero lejos de ayudarlos a evolucionar hacen que la región se estanque”.
Vencer esa actitud es muy difícil y Venezuela está tratando de convertir a
Guaidó y Leopoldo en Totems, creo que ellos no están de acuerdo, pero es peligroso
que el país los asuma de esa forma. ¡He dicho!
Muy profunda su reflexión,real pero aparentemente lejana
ResponderEliminarDiste en el clavo, sobre todo en los últimos párrafos en los que para Venezuela viene el enfrentarse a la realidad de que el trabajo es la fuente del sustento. Unos despertarán bruscamente, otros lo asumirán paulatinamente, mientras otros ya lo damos sentado, pero el "no me den, pónganme donde haiga" ya no va a surtir efecto, será un espejismo.
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